
Studiolo, de Hanghar, “es una pieza que absorbe múltiples programas sin diluirse: guarda, organiza, aísla, permite concentrarse y desaparecer del mundo”. Foto: Luis Díaz Díaz.
En un contexto urbano en constante evolución, donde los límites entre lo doméstico, lo profesional y lo social se desdibujan, el diseño arquitectónico responde con propuestas innovadoras que apuestan por la flexibilidad, la optimización del espacio y un enfoque más sostenible del habitar.
En un contexto urbano en constante evolución, donde los límites entre lo doméstico, lo profesional y lo social se desdibujan, el diseño arquitectónico responde con propuestas innovadoras que apuestan por la flexibilidad, la optimización del espacio y un enfoque más sostenible del habitar.
Los espacios híbridos han pasado a ser una necesidad. La vivienda contemporánea se transforma en oficina, gimnasio, galería o espacio de encuentro, adaptándose a las nuevas dinámicas de vida y trabajo. Esta arquitectura multifuncional no sólo responde a demandas prácticas, sino que también fomenta un estilo de vida más versátil, creativo y conectado con el entorno.
El diseño flexible se convierte así en una herramienta clave para repensar el uso del espacio. A través de soluciones modulares, mobiliario móvil y límites difusos entre estancias, se logra multiplicar las posibilidades de uso sin necesidad de ampliar metros cuadrados. Esta eficiencia espacial no solo mejora la calidad de vida, sino que también reduce la huella ecológica de nuestras viviendas, alineándose con los principios del urbanismo sostenible.

Ejemplos como los proyecto Non-Binary Cross Space III del estudio Pachón-Paredes y Studiolo de Hanghar, en Madrid, Fernando Poo de Allaround Lab, Villain House de Architecture Office Clàudia Raurell y 10k House de TAKK, en Barcelona, por citar los más sobresalientes, demuestran cómo la arquitectura puede ser un vehículo para imaginar espacios más dinámicos, adaptables y coherentes con los retos del presente. En definitiva, pensar en espacios multiusos no es una moda, sino una forma consciente de habitar: más libre, más funcional y, sobre todo, más humana.
Espacios multiusos: flexibilidad para vivir, trabajar y disfrutar
La exposición titulada Escenarios de un Futuro Cercano, desarrollada dentro del programa oficial de World Design Capital y comisariada por la periodista especializada en diseño Tachy Mora, desveló en 2023 cómo sería el entorno doméstico en los próximos diez años. Arquitectos y diseñadores expusieron propuestas pensadas para un público abierto al cambio y a la flexibilidad. Este último concepto junto con los de multifunción, modularidad, nomadismo y sostenibilidad se erigían entonces como los motores que podrían hacer posible un cambio de mentalidad.
“Son cinco conceptos que no son nuevos, pero que ahora han de replantearse para un escenario distinto, que sea capaz de dar respuesta a las nuevas tendencias en estilos de vida, reflejando a su vez los cambios que hoy atisbamos, atendiendo a las realidades sociales, tecnológicas y sostenibles contemporáneas”, según la comisaria.

¿Qué son los espacios multiusos y por qué están en auge?
Los espacios multiusos están pensados para cumplir más de una función para adaptarse a diferentes actividades según las necesidades de cada momento del día. Uno de ellos, es el salón convertido en un lugar híbrido donde relajarse, disfrutar del ocio pero también trabajar, dedicarse a cualquier afición o hacer los deberes en familia. Algo parecido ocurre con la cocina y el dormitorio donde es bienvenido el ordenador y la distribución de ha de adaptar a nuevas necesidades.
El auge los espacios multifuncionales no es casual sino una respuesta a los cambios en los estilos de vida de la sociedad derivados de: la irrupción del teletrabajo; la reducción de metros cuadrados en las viviendas urbanas, donde se impone la optimización de la superficie; la tendencia a optar por menos pero de mejor calidad; y, la concienciación hacia un urbanismo más sostenible que pone en valor la eficiencia y la flexibilidad.
Para Eduardo Mediero, de Hanghar, en su proyecto Studiolo, “la flexibilidad no se persigue a través de mecanismos móviles o paredes reconfigurables, sino a través del vacío y la contención. Al introducir una única pieza autónoma –una habitación-armario compacta–, el resto del apartamento queda completamente liberado, convirtiéndose en un espacio latente, abierto a múltiples interpretaciones. Me interesa cómo el espacio vacío puede ser más versátil que cualquier sistema mecánico”, indica.
Beneficios de los espacios híbridos en la vida cotidiana y el entretenimiento
Non–Binary Cross Space III, del estudio fundado en 2020 por Luis G. Pachón e Inés García de Paredes, surge tras la rehabilitación de una vivienda de los años 70 que ofrece espacios flexibles diseñados para adaptarse a una amplia variedad de usos. Con ello, la historia de esa casa la diseñan sus habitantes que pueden responder a un tipo de familia tan variado como el de la sociedad actual. En sus propias palabras: “El espacio debe de estar diseñado de una forma polivalente para que pueda acoger la máxima flexibilidad y ductilidad por sus usuarios, con las mínimas intervenciones, fomentado así una economía de medios e intervención drásticas a lo largo del tiempo. Si conseguimos que los espacios sean lo suficientemente indefinidos como para poder adaptarse diferentes usos y situaciones, sin continúas reformas, demoliciones, cambios físicos o inversiones económicas, podríamos hablar de una nueva línea de sostenibilidad: lo que llamamos desde el estudio ‘sostenibilidad espacial”.
En mejorar las relaciones familiares pensaron los arquitectos autores del proyecto 10k House Mireia Luzárraga y Alejandro Muiño de TAKK. A la idea de construir con bajo presupuesto y bajo impacto ambiental, suman nuevas formas de habitar el espacio doméstico. Aquí, la distribución huye de cánones establecidos y propone nuevos modos de usar el espacio.

Diseño y estrategias para crear espacios multifuncionales
El concepto de diáfano es el mejor aliado de las estancias destinadas a realizar más de una función y los arquitectos Noelia de la Red, Jordi Ribas de Allaround, lo han puesto en práctica en el proyecto Fernando Poo “que reinterpreta la planta baja de un edificio construido a finales del siglo XIX en el barrio del Poble Nou de Barcelona, convirtiéndola en un espacio híbrido”. Una de sus estrategias es que “el programa funcional y el almacenaje se acumulan en el perímetro mediante mobiliario estándar de Ikea y los paneles de Cubro que nos permiten su personalización y adaptación al espacio, liberando así el resto de la superficie”, comentan.

Espacios híbridos en acción: de viviendas flexibles a centros culturales dinámicos.
Uno de los mejores ejemplos de centros culturales es la Biblioteca Gabriel García Márquez de Barcelona, de Suma Arquitectura. Su diseño partió de la pregunta ¿Cómo debería ser una biblioteca en el siglo XXI? Los espacios combinan una zona de encuentro y exposición permeable y reconfigurable en la entrada; un foro para diversos tipos de reuniones con asientos y mesas de distintos tamaños y alturas, rodeados de cortinas semitransparentes; y, el “palacio de la lectura”, donde cada usuario puede disfrutar de una experiencia distinta “desde refugiarse en su sofá favorito, como en casa, hasta leer en la terraza o en el jardín de invierno, entre mecedoras y hamacas”, agregan desde Suma. “La biblioteca se configura para el usuario como un paisaje complejo y enriquecedor, una espiral de encuentros dedicada a la cultura, donde cada persona puede encontrar su lugar”, añaden.
Redacción por Beatriz Fabián